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La tapa no requiere de un sitio especialmente aparente. A veces sí, nos gusta un lugar bonito, incluso que nos la pongan en una buena vajilla, servida con una buena copa de vino. Y podemos pagar por todo, cerca de un euro más. Pero eso no es, en esencia, tapear. ¡Ojalá, restaurantes como Dársena, Nou Manolín, Jumillano y otros incluyeran la tapa en barra en su repertorio! Esto nos permitiría a muchos acercarnos más frecuentemente por allí. Y llevar gente de fuera de Alicante, que, como hemos dicho en ocasiones, es el objetivo que buscamos para potenciar nuestra economía.
Pero, sin duda, lo más importante del local de tapas es el producto. El local tiene que agradar o, mejor dicho, no tener ningún elemento desagradable. Pero no debe ser el protagonista. En alguna ocasión, todos hemos disfrutado de un gran desayuno en nuestra casa, en pijama, y de la manera más informal. Y no por ello, nos han gustado menos los churros o el pastel que alguien nos han traído o hemos comprado el día anterior.
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Los precios, además están muy bien pensados y, por la cantidad de gente que frecuenta el local, no hay motivo para el rubor por ir y terminar en media hora tomando una sola tapa. Hay clientela que lo agradecerá para poder sentarse ellos.
En fin, un sitio que recomendamos por su sencillez y lo agradable que resulta tomar algo allí. Para esa mañana de domingo en la que tenemos energía para pasear por San Juan. De algún otro sitio parecido hablaremos en próximos posts.
Un saludo
Gerardo
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